Masacres, desplazamientos, minería. La lucha por los derechos humanos

San Fernando de Atabapo, en el estado Amazonas, cuenta con 3 mil 500 habitantes, el 90 % de ellos indígenas.

Hitos que marcaron la lucha:

  • La lucha por los derechos indígenas en el Amazonas se acentuó en los años 80 (siglo XX) a partir de un conflicto de tierras con los piaroas, en el Valle de Wanay, en Amazonas.

En esa época un grupo de terratenientes ocupó pueblos indígenas con apoyo del gobierno. El conflicto tuvo eco en el ámbito nacional y lo llamaron el caso Wanay, por todo lo que significó el despojo de las tierras ancestrales, acto que violaba las leyes vigentes para el momento en la Constitución Nacional, por ejemplo, el artículo 77 que garantiza a los indígenas el derecho a disfrutar de las tierras donde habitualmente moran.

  • Otro hito importante son los congresos piaroas del 1984 y 1985.

Los piaroas son pueblos de agricultores que habitan principalmente en zonas boscosas del Orinoco Medio.

Su territorio en Venezuela ocupa una extensión de alrededor de 30 mil Km², aproximadamente el área de Bélgica, que abarca las cuencas de los ríos Sipapo, Autana, Cuao, Guayapo, Samariapo, Cataniapo, Paria, Parguaza, Ventuari y Manapiare, además de los ejes carreteros que conectan Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, con el puerto de Samariapo, al sur, la cuenca media del Cataniapo, al este, y el estado Bolívar, al norte.

Durante los últimos cuarenta años los piaroas han experimentado grandes cambios sociales y culturales, que incluyeron una migración masiva hacia áreas de fácil acceso a los bienes, servicios e ideas de la sociedad nacional, en la periferia de su territorio tradicional.

En ese primer congreso se reunieron más de 300 representantes de unas 70 comunidades, para coordinar acciones contra las invasiones de sus tierras y concertar otra serie de aspectos que le competía a la sociedad piaroa en su totalidad.

Fue en esta reunión cuando decidieron asumir el gentilicio Huottüja¸ como el más apropiado para describirlos, utilizando el alfabeto fonético de las Misiones Nuevas Tribus para ello.

  • En 1994, se llevó a cabo otro Congreso Piaroa, donde crearon el Parlamento Piaroa, el cual no llegó a consolidarse como organización de base y cayó en el olvido.
  • A fines de los 80, también hubo una especie de organización para defender el territorio. Surgieron una especie de cooperativas (esta vez con los yanomamis) que se fundaron cerca de los salesianos. Hacían frente a las invasiones de los garimpeiros que estaban devastando la cuenca.
  • Para 1991, producto de esta misma actividad se logró un decreto que prohibía la minería en Amazonas, el cual aún está vigente.
  • Una organización de yanomamis, y una serie de organizaciones socio productivas, crearon la organización regional de pueblos indígenas de Amazonas, Orpia, que reúne a todas esas organizaciones de base. Guillermo Guevara fue el primer el primer coordinador
  • En 1991, el Vicariato de Amazonas organizó la oficina de derechos humanos.
  • Entre junio y julio de 1993, 22 mineros de Brasil, que explotaban de manera ilegal yacimientos en el sector Haximú del estado Amazonas asesinaron a 16 yanomami: 8 de ellos eran niños, uno de los cuales tenía menos de un año. Después de esta masacre, los asesinos huyeron hacia territorio brasileño.

Las autoridades de Venezuela y Brasil investigaron lo ocurrido, pero el proceso fue muy controvertido. Aunque el crimen ocurrió en suelo venezolano, las instituciones de justicia brasileñas tienen competencias para investigar a ciudadanos que hayan cometido genocidio en el exterior.

Brasil condenó a 5 personas a 20 años de cárcel. En Venezuela, mientras tanto, hubo impunidad.

De la mano del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho y de las ONG Provea, junto con organizaciones internacionales como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional y Human Rights Watch Americas, el caso se presentó, el 6 de diciembre de 1996, ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH).

Casi tres años más tarde, el 10 de octubre de 1999 se suscribió un acuerdo amistoso que incluyó seis compromisos del Estado venezolanos en favor del pueblo yanomami y otros pueblos indígenas.

Los dos primeros puntos del acuerdo hablaban de la protección del territorio y de un plan de salud integral, que aun los indígenas esperan se materialice.

  • Ante la masacre y la impunidad venezolana, algunas entidades no gubernamentales y religiosas decidieron crear grupos que velaran por los derechos humanos. La idea inicial era que fueran 22, uno por cada etnia que el Estado reconocía en Amazonas.

En 1998, la hermana María Narissi, nacida en Italia, les dio forma legal a sus esfuerzos y constituyó el Comité de Derechos Humanos de San Fernando de Atabapo.

Llegaron a ser 18 miembros del comité. Formaron líderes comunitarios en la defensa de derechos humanos en diferentes parroquias, recopilaron información e hicieron denuncias.

En 2004, a la hermana María la designaron para otro territorio y el comité empezó a desaparecer.

  • En 2022, de la mano de la Oficina de Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho, varios de los antiguos activistas, en conjunto con otros nuevos, decidieron retomar el Comité: reinaugurar la sede y retomar las funciones. Ahora, el nombre de la organización es Sor María Narissi. El comité lo dividimos en cinco áreas de defensa: defensa de la tierra; defensa indígena; defensa de salud; defensa del área política y económica y defensa de las mujeres, niños y adolescentes.

Publicado por Sinergia

Texto: Mabel Sarmiento Garmendia

Foto: José Díaz

Voces y Rostros de la Venezuela Profunda es un proyecto que lidera Sinergia, que cuenta con dos organizaciones aliadas, el Observatorio en la Defensa de la Vida (Odevida, Capítulo Venezuela) y La Vida de Nos, medio dedicado a la producción y difusión de historias reales. 

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