Lucha contra el Sida marcada por las desigualdades

Este 1 de diciembre es el Día Mundial del Sida y de acuerdo a las documentaciones de Onusida, en 2021, 650.000 personas perdieron la vida debido al Sida y se contabilizaron 1,5 millones de nuevas infecciones por el VIH.

En Venezuela, reseña el reciente monitoreo comunitario de Accsi, más de 55.000 personas con VIH salvaron sus vidas con el ingreso del medicamento antirretroviral TLD en el sistema público sanitario.

A principios de este mismo año Onusida ya había avisado que la respuesta al Sida se encuentra en situación de peligro como consecuencia del aumento en el número de las nuevas infecciones y las continuas muertes en muchas partes del mundo.

Y en el Día Mundial del Sida, hoy 1 de diciembre, Onusida insta a todos y cada uno de los gobiernos y ciudadanos a abordar las desigualdades que están frenando el progreso para poner fin al Sida, (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), un síndrome – conjunto de signos y síntomas – que aparecen cuando nuestro sistema inmunológico está deficiente, es decir, debilitado por el ataque continuo del VIH. Además, es adquirido, no se hereda.

El eslogan «Igualdad Ya» es una llamada a la acción y para que la población se comprometa a:

  • Aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios para el tratamiento, las pruebas y la prevención del VIH, para que todas las personas reciban la atención que precisan.
  • Reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma y la exclusión a los que se enfrentan las personas que viven con el VIH, los grupos de población clave y las poblaciones marginadas, de modo que todo el mundo sea respetado y bienvenido.
  • Garantizar el intercambio de tecnología para permitir un acceso igualitario a la mejor ciencia para el VIH, tanto entre las comunidades como entre el sur y el norte del mundo.

En su informe de octubre de este año, el organismo señala que la respuesta a esta enfermedad se ve frenada por las desigualdades en el acceso al tratamiento entre adultos y niños.

Más de tres cuartas partes de los adultos que viven con el VIH siguen un tratamiento antirretroviral, pero a sólo algo más de la mitad de los niños que viven con el VIH se les está administrando un tratamiento que salva vidas.

“Y esto ha tenido consecuencias mortales. En 2021, los niños representaban el 4 % de todas las personas que viven con el VIH, aunque solo ellos concentran el 15 % de todas las muertes relacionadas con el sida. Es evidente que cerrar la brecha en el tratamiento de los niños salvará vidas. La discriminación, la estigmatización y la criminalización de los grupos de población clave están costando vidas y evitando que el mundo alcance los objetivos acordados para el Sida”, se lee en el informe.

En todo el mundo, más de 68 países todavía criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Otro análisis del que se hace eco el informe subraya que los hombres gais y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que viven en países africanos con las leyes más represivas tienen más de tres veces menos probabilidades de conocer su estado serológico que sus homólogos que viven en países con las leyes menos represivas, donde el progreso avanza mucho más rápido.

Los trabajadores sexuales que viven en países en los que se criminaliza el trabajo sexual tienen siete veces más posibilidades de vivir con el VIH que aquellos otros de países en los que el trabajo sexual es legal o está parcialmente legalizado.

“Hoy debemos rendir homenaje a los más de 40 millones de vidas que se han perdido por el Sida. También es el momento de hacer balance de la respuesta y de comprometernos, de verdad, a poner fin al virus. Esta misma semana hemos lanzado un nuevo y poderoso informe, Desigualdades peligrosas. A lo largo de sus páginas, buscamos llamar la atención del mundo hacia una realidad dolorosa: a día de hoy no vamos por buen camino para poner fin al Sida para 2030, y la razón es la desigualdad, dijo Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Onusida.

Cómo está la región de las Américas

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que, en la región de las Américas, 3,8 millones de personas viven con el VIH. De ellos, 2,5 millones están en América Latina y el Caribe.

Mientras el 82 % de las personas que viven con el VIH en Latinoamérica y el Caribe conoce su estado, solos 69 % recibe tratamiento antirretroviral y 63 % tiene la carga viral suprimida o indetectable, algo fundamental para conservar una buena salud y prevenir la transmisión del virus a otras personas.

En la actualidad, solo 14 países de la región tienen disponible la autoprueba del VIH, 25 países han introducido el dolutegravir, y solo un muy limitado número de personas en riesgo sustancial de infectarse con el VIH reciben la PrEP (profilaxis preexposición).

Las estimaciones de mortalidad (pronóstico para 2030 y metas para poner fin al Sida en América Latina y el Caribe, 1995-2030) son de 63 % de reducción para 2025 (comparado con valores de 2020), y de 65 % reducción para 2030 (comparado con valores de 2020).

“Un área que sigue viéndose afectada por la desigualdad y que está ralentizando nuestro progreso para eliminar el Sida es el acceso a las pruebas diagnósticas y la implementación de las innovaciones para el diagnóstico temprano, la prevención y el tratamiento oportuno”, afirmó la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, en un mensaje en video con motivo del Día Mundial transmitido este 30 de noviembre

“Esto es inaceptable, ya que tenemos a disposición las herramientas para hacer del Sida un problema del pasado. El fin del Sida y de muchas otras enfermedades infecciosas sólo puede lograrse si abordamos las barreras que impiden el acceso a la atención y hacemos asequibles los servicios y herramientas disponibles para quienes más lo necesitan”, señaló.

Venezuela en cifras

En Venezuela, tomando como referencia el informe titulado VIH en Venezuela, un asunto en estado de emergencia, enero 2021 y abril 2022, entre enero 2021 y abril de 2022 un total de 5.316 personas obtuvieron resultados positivos a la prueba de detección de VIH, (lo que se traduce en 332 nuevos casos de personas con VIH mensuales).

Los resultados de ese monitoreo comunitario reconocen que más de 55.000 personas con VIH salvaron sus vidas en Venezuela con el ingreso del medicamento antirretroviral TLD en el sistema público sanitario y que existe un aumento significativo del 262 % de la cobertura del tratamiento antirretroviral en apenas 3 años, es decir, en el año 2018 con 16 % y para finales del año 2021 con 58 %.

En el país se cuenta con un entorno legal y político no punitivo que favorece el acceso a los servicios, lo que implica: la no criminalización del trabajo sexual, el comportamiento sexual con personas del mismo sexo, la transmisión, la exposición o no hacer público tener el VIH antes de 2025.

También se dispone de mecanismos para las personas que viven con el VIH y las poblaciones clave para comunicar el abuso y la discriminación y buscar compensación antes de 2025; menos de un 10% de las personas que viven con el VIH y las poblaciones clave carecen de acceso legal a los servicios antes de 2025.

Sin embargo, Venezuela no ha logrado cumplir con los Objetivos 90 – 90 – 90 de Onusida, según lo afirmado por el Informe GAM Venezuela publicado en el 2021, y los resultados del monitoreo comunitario a la gestión pública de los servicios de atención y tratamientos del VIH, mostrados en Informe sobre la situación del acceso a los servicios de atención y tratamientos en VIH (enero 2021 – abril 2022).

Es por ello que las organizaciones no gubernamentales con incidencia en el tema de la salud, instan al gobierno de Venezuela a asumir el compromiso político con la respuesta nacional frente a la epidemia del VIH/Sida, partiendo con urgencia en el fortalecimiento del Programa Nacional de Sida y las 24 Coordinaciones Regionales de Sida.

Solicitan también establecer diálogo respetuoso y constructivo con sociedad civil, sociedades médicas y científicas, universidades, sector privado, organismos de cooperación y otros actores clave involucrados; y elaborar de forma colectiva una política estratégica en materia de VIH y Sida actualizada en los componentes de prevención, atención, tratamientos y vigilancia epidemiológica desde la perspectiva de los derechos humanos y género, de manera que pueda responder a las actuales urgencias, necesidades y circunstancias del país. Solo así Venezuela podrá alcanzar los Objetivos para el 2025:

  • El 95 % de las personas en riesgo de infección por VIH utilizan opciones de prevención de combinación apropiadas, priorizadas, centradas en las personas y efectivas.
  • El 95 % de las mujeres en edad de procrear tienen cubiertas sus necesidades de servicios de salud sexual y reproductiva y para el VIH.
  • El 95 % de las mujeres embarazadas y lactantes que viven con el VIH tiene cargas virales suprimidas.
  • El 95 % de los niños expuestos al VIH pasan pruebas antes de los dos meses de edad y al cesar la lactancia.
  • El 95 % de las personas que viven con el VIH conocen su estatus de VIH.
  • El 95 % de las personas que viven con el VIH y conocen su estatus de VIH están recibiendo terapia antirretroviral.
  • El 95 % de las personas que están recibiendo terapia antirretroviral han suprimido las cargas virales.
  • El 90 % de las personas que viven con el VIH y las personas en riesgo están relacionadas con los servicios integrados centrados en las personas y específicos de contexto para otras enfermedades transmisibles, enfermedades no transmisibles, violencia sexual y de género, salud mental y otros servicios que necesitan para su salud y bienestar globales.
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