Jugando se aprende de la vida y más en el Museo de los Niños
ANIVERSARIO » El recinto cumple 35 años como referente educativo y cultural
ABRAHAM SALAZAR absalazar@el-nacional.com |
E xiste un lugar en Caracas donde ser curioso es la regla. Allí está prohibido no tocar. Es el Museo de los Niños que se mantiene, a pesar de los embates del tiempo, como uno de los bastiones para la recreación cultural de los pequeños.
Dos edificios coloridos de particular arquitectura que forman parte del Complejo Parque Central, cumplen 35 años brindando conocimiento a varias generaciones de venezolanos a través de expresiones científicas lúdicas.
Biología, Comunicación, Ecología, Física, Carrera Espacial, Gran Caja de Colores, La Emoción de Vivir sin Drogas y el Planetario Tridimensional son las secciones fijas y los principales ejes temáticos de este universo de posibilidades que cuenta con 9.000 metros de áreas expositivas donde con todo se puede jugar porque el cielo no es el límite.
El museo cuenta con un trasbordador espacial de casi 10 metros de ancho que viaja hasta Marte o la Luna, donde niños de 6 a 12 años de edad pueden poner un pie e izar la bandera con Museíto, el icónico representante visual de la institución.
«¿Qué quieres ser cuando seas grande?», es la pregunta con la que se recibe a los niños visitantes en la recepción tras pasar por una larga pasarela.
Dependiendo de la respuesta el recorrido comenzará por una exhibición u otra, pero cada niño es libre de entrar por donde desee y detenerse en lo que más le llame la atención. Algunos se dejan llevar por los colores y sonidos del piano gigante, otros escogen los espejos que deforman la realidad en el apartado de Percepción, y aun hay quienes prefieren aprender sobre leyes de tránsito mientras emulan ser conductores en el asiento de una Blazer.
La combinación de elementos técnicos en la realidad aumentada, una televisión digital, el viaje a la Luna, las diferencias de los eclipses y el descubrimiento de unas matemáticas divertidas son algunas de las propuestas más nuevas del museo, datan de los últimos dos años. Además, el personal administrativo de la institución hace actualizaciones de las exposiciones existentes al menos cada seis meses o cuando cuenta con los recursos suficientes.
El Museo de los Niños es una fundación privada que recibía aportes por parte del Estado como institución de recreación y esparcimiento, y también por su desarrollo científico. Sin embargo, en la actualidad el sueldo del personal de más de 100 personas integrado por unos 60 guías y 50 trabajadores del área administrativa, los servicios básicos de los edificios y las renovaciones de las exhibiciones se costean solamente con lo que percibe por las entradas generales del público que cuestan 6.000 bolívares y 3.500 bolívares las del planetario.
Rara temporada. 300 personas es el promedio diario de visitantes, no obstante, «estas vacaciones han sido atípicas porque hay muy pocos planes vacacionales en Caracas, las empresas recreativas grandes no han venido mucho sino que las comunidades se han organizado y traen de 10 a 15 niños. Aparte de eso, la afluencia de público particular ha disminuido bastante», explica Darwin Sánchez, jefe de la Unidad de Educación.
No todas las exposiciones están abiertas, pero no porque estén fuera de funcionamiento, sino porque se espera a que haya suficiente público para hacer una función. Esto sucede con las secciones del Estudio de Televisión, el Campo Electromagnético, el Ciclo del Agua o la Construcción de Juguetes a partir de Material Reciclable.
La plantilla de amigos-guía del museo se turna entre las instalaciones. Generalmente hay más de 20 personas trabajando en el recorrido pero a veces pueden ser menos.
«Trabajamos con jóvenes que tienen entre 17 y 21 años, que están en el último año de bachillerato o en el primero de la universidad. Sobre todo si son personas que quieren estudiar Educación, esta experiencia les ayuda mucho para que pierdan el miedo escénico y adquieran destrezas en el manejo de grupos», asegura Sánchez quien es uno de los tres encargados de forjar constantemente nuevas formas de exposición del conocimiento de una manera lúdica en el Museo de los Niños.
![]() |
La luz como referencia
El Museo de los Niños cuenta con dos edificios unidos por una larga pasarela plateada. Primero está un amplio salón con grandes ventanales constantemente iluminado con luz natural, es la sección Carrera Espacial que cuenta con tres pisos en los que se describe la llegada del hombre al espacio y cuya atracción principal es el recorrido por la superficie lunar que se hace portando un traje espacial.
Luego hay cuatro pisos que se caracterizan por ambientes más oscuros, donde los rayos del Sol no penetran lo que permite que la luz de miles de botones y pantallas encienda la curiosidad de los pequeños. Escaleras, ascensores y pasadizos ayudan a la movilidad de la familia por las salas que se pueden recorrer en un par de horas.
Fuente : EL NACIONAL – DOMINGO 20 DE AGOSTO DE 2017ARTE & ESPECTÁCULOS/6