ONG libraron una batalla de resistencia en 2016
Organizaciones sociales aseguran que en tiempos de crisis la actuación de la sociedad civil es fundamental
DELIA MENESES
Una batalla de resistencia es la que han librado durante este año las organizaciones no gubernamentales. Se unieron en redes (como la que crearon 86 entidades de atención a la infancia), intercambiaron recursos, buscaron espacios de diálogo con el sector público y privado, se valieron de las redes sociales para conseguir aliados, hicieron maromas para obtener y distribuir alimentos y medicinas, manejaron de manera transparente los pocos ingresos que tienen.
Aunque han tenido que reducir programas y número de beneficiados, las organizaciones sociales están negadas a abandonar sus proyectos conscientes de que en momentos de crisis la actuación de la sociedad civil es fundamental.
«No sabemos qué pasará, sólo sabemos que saldremos mejor si trabajamos juntos, a través de alianzas», dijo Ileana Malito, gerente de Acción Popular de Cesap, organización que en 2017 buscará fortalecer programas como La Gente Propone para articular espacios de diálogo entre los funcionarios y los vecinos a fin de solucionar problemas concretos.
Las ONG más perjudicadas son las que tienen programas asistenciales como la Casa de Acogida y Rehabilitación Padre Machado, en El Valle, que tuvo que reducir a un día, en lugar de tres, los almuerzos que ofrecen a más de 70 hombres en situación de calle.
Por su parte, este año la cantidad de personas que acudieron a la sede del Programa Techo buscando ayuda para salir de la indigencia se incrementó en 35%.
Vanessa Garcés, coordinadora de FundaEpekeina, organización que imparte valores y ofrece desayunos a niños de zonas populares, admite que las donaciones disminuyeron mucho en 2016 pero al mismo tiempo creció la cantidad de personas que se acercaron para ser beneficiarios del programa.
«En la sede de Las Acacias recibimos a 95 niños y no tenemos capacidad para aceptar más. Este año llegaron casi 30 nuevos». Realizar actividades de recolección de fondos y de juguetes con estudiantes de la Universidad Simón Bolívar fue una de las estrategias.
Durante 2016, la asociación civil Niña Madre ofreció capacitación laboral y de oficios a 135 madres adolescentes de las cuales 30 lograron emprender un pequeño negocio con el apoyo familiar. «Arrancar solas es muy difícil por lo que es necesario trabajar en equipo. Muchas cosas limitaron arrancar con nuevos proyectos: las dificultades para registrar una empresa; el acceso a las materias primas, sobre todo si el emprendimiento está relacionado con la cocina. Pero esto también motivó la innovación: búsqueda de nuevos ingredientes y productos», dijo Ángel Alfonzo, coordinador académica de Niña Madre.
Fue un año cuesta arriba para la organización Mujeres Unidas por la Salud (Musas) pues durante 2016 no se realizaron las mesas de trabajo de Mujer y VIH, en las que esta ONG venía participando junto a autoridades del Ministerio de Salud.
Grisbel Escobar, directora general de Musas, recordó que desde abril comenzaron a alertar sobre la ausencia de fórmulas lácteas y antirretrovirales a mujeres infectadas con el virus, fallas que no se solventaron durante 2016.
Fundana tuvo que lidiar con la agudización de las condiciones críticas de ingreso de los niños, además de las dificultades para conseguir pañales, leche y alimentos para 120 niños. «Fue un reto mantener el espíritu del personal con esperanza y visualización de lo positivo dentro del caos que están viviendo», dijo Betzy Aizaga.
Ante la escasez de medicamentos, la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida, Codevida, habilitó un pequeño depósito que luego se convirtió en dos espacios más grandes donde se depositaron medicinas enviadas por ONG en el exterior que han servido para beneficiar a unas 300 personas mensualmente.
La mística de las fundaciones y del voluntariado social se impone ante la crisis.
Publicado por EL UNIVERSAL