Alejandro Álvarez Iragorry : Unión, unión…. A propósito del Arco Minero del Orinoco
“Somos en la hora presente un archipiélago: o sea, islas unidas por aquello que las separa”
Vladimir Maiakovski, poeta ruso.
¿Cómo unirnos para la defensa de nuestro “canon” histórico y de nuestros intereses nacionales, cuando pululan las circunstancias que nos conducen a la feroz discordia?
Mario Briceño-Iragorry, historiador y ensayista venezolano.
Cada vez más personas en este país rechazan el Decreto de Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco.
Esa mayoría entiende que el mismo trae implícita la locura de destruir el 12% del territorio nacional, la reserva de agua del país, múltiples culturas indígenas y la posibilidad de un desarrollo armónico a partir de las riquezas de nuestra biodiversidad. Esto a cambio de la riqueza ilusoria y efímera surgida de extraer un puñado de oro, diamantes y otros minerales. Asimismo muchos repudian el intento de disimular las verdaderas intenciones de este proyecto usando un disfraz “ecosocialista”.
Frente a esta situación, se ha producido una enorme marejada de rechazo: En oposición al decreto se han divulgado comunicados, se han dado entrevistas en radio y televisión y se han publicado decenas de artículos de opinión. Asimismo han ocurrido reuniones de científicos, activistas ambientales, defensores de derechos humanos y actores políticos, todos ellos condenando la terrible intención de destrucción y muerte.
Esta amenaza ha generado un escenario político que parecía imposible hace unos pocos años: La aproximación, en las ideas, entre grupos, organizaciones y personas que aún están en orillas opuestas del abismo creado por la política de polarización que nos han impuesto en el país. Y no es que estos grupos estén renunciando a sus posiciones políticas, ni a sus desconfianzas y resentimientos mutuos, sino que parafraseando a Jorge Luis Borges, no los une el amor, sino el espanto.
Un elemento interesante de esta movilización de opinión es, que si revisamos todos los argumentos emitidos, nos pudiera quedar la idea de que, aparte de ciertos puntos de vista particulares, se utilizan premisas y considerandos tan similares que pueden parecer provenientes de un solo grupo de actores y no de una enorme diversidad política, profesional y sectorial.
Pero a pesar de la similitud en sus argumentos, en casi todos falta un aspecto fundamental: Que no hay propósito de unión, más allá de la condena unánime al decreto.
Como diría Cantinflas “allí está el detalle”. En estos grupos no parece existir la necesidad de actuar articulados alrededor del objetivo común de defender los derechos ambientales de los venezolanos.
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Publicado por Alejandro Álvarez Iragorry